jueves, 22 de enero de 2015

ULTIMAS HORAS CON CRISTINA

 
Ella está desaparecida desde hace meses, cuando sufrió un "incidente de salud" que la ha apartado de la escena pública, pero sigue siendo la madre amantísima y protectora de todos los argentinos; un remedo grotesco y oligofrénico de Evita.
 
Si nosotros criticábamos a nuestro entrañable Mariano por ofrecer una comparecencia ante los medios enlatado en un plasma, qué diríamos de esta cosa, que últimamente se manifiesta a través de Facebook; bien podría no ser ella, sino cualquiera de sus múchísimos asesores que tienen su contraseña y hacen y deshacen a su antojo.  
 
La señora K es hoy día una figura de cera que se va derritiendo, dejando escapar la bilis, pero también los excesos de ácido hilaúronico, toxina botulínica, colágeno, resinas y siliconas que "adornan" su cuerpecito desmayado. Una muñeca de trapo que inexplicablemente ha emergido del inframundo, una Barbie geriátrica obsesionada con el lujo y las joyas cuyo mayor enemigo es el espejo. ¿No parece un cuento de miedo? Pavor desde luego da, pero no es un cuento, por más que muchos nos frotemos los ojos por no dar crédito al espectáculo vergonzante que estamos viviendo.
 
Ella se sabe intocable, porque jamás había organizado tan fastuoso baile de máscaras como el que ha conseguido fabricar en el propio congreso; una pantomima de proporciones bíblicas en el que cada uno sabe bien qué papel interpretar, por ello cobran; La separación de poderes nunca ha sido una ilusión mayor que en está última década de régimen Kir

chnerista, porque Argentina, la otrora grande, hermosa y libre, es ya sólo una sombra, tan decadente como siempre, pero ya no encierra belleza alguna, ni altruismo, ni filosofía, ni tango que no sea para ambientar burdeles de turistas.
Vuelvo a Ezeiza una y otra vez en una pesadilla recurrente donde todo es tan real como el dolor y el sufrimiento de ver a una sociedad que se desangra proclamando entre estertores agónicos su grandeza y parece que finalmente los que auguraban que la gran Argentina moriría de tan grande que era, van a tener razón. Todo es desmedidamente grande, desde el corte de sus bifes hasta el ego de muchos de sus moradores, la soberbia del pobre que se muere de hambre pero se niega a quitarse el palillo de la boca.
 

Pero Cristina, qué has hecho... ¿Le has matado? ¿Cómo has podido llegar tan lejos, cómo has podido llegar a ser tan bolivariana? No has dicho aún palabra desde que Nisman, tristemente fallecido en extrañas circunstancias, denunciara públicamente una trama del Gobierno que tu diriges -es un decir- para fabricar la inocencia de Irán en el atentando antisemita que costó la vida a 85 ciudadanos. Fue el 18 de Julio de 1994. Fue el mayor ataque sucedido contra intereses y vidas judías desde el fin de la II guerra mundial. Yo aún no te conocía. Y el gran BBAA se vistió de luto. Y tras el luto, la impunidad, y tras la impunidad, la traición... Recordemos los hechos pegando el siguiente párrafo de la Wikipedia...

"El
25 de octubre de 2006, la justicia argentina, después de años de investigar el caso y tomar cientos de declaraciones y evaluar pruebas, representada por los fiscales Alberto Nisman  y Marcelo Martínez Burgos, formalmente acusó al gobierno iraní de planificar el atentado y al Hezbollah de ejecutarlo. Según la investigación de la fiscalía, Argentina fue elegida como blanco del ataque tras la decisión del gobierno argentino de suspender un acuerdo de transferencia de tecnología nuclear a Irán. Posteriormente el juez Rodolfo Canicoba-Corral  ordenó la captura de los siete exfuncionarios iraníes y un miembro operativo libanés del Hezbollah acusados por la fiscalía.
El 7 de noviembre de 2007,
Interpol ratificó las conclusiones de la justicia argentina, y ordenó la emisión de circulares rojas para capturar a Mugniyah y cinco de los fugitivos iraníes, y llevarlos ante la justicia. Desde entonces, el gobierno argentino ha requerido a Irán la extradición de sus ciudadanos acusados por el ataque para ser juzgados por un tribunal argentino o extranjero, pero Irán se ha negado a acatar el fallo de la justicia argentina."

 
 
Ahora sólo quedaran los muertos y sus familias rotas. Y a cambio... un magro acuerdo comercial con el gobierno del país que llevó a la cabo la matanza... Yo os vendo grano, vosotros me vendéis petróleo baratito y aquí no ha pasado nada.
 
La inseguridad jurídica en Argentina es total; como en cualquier otro país de América -salvando, obviamente, Canada, USA -sic- y tal vez Chile-, la justicia es sólo una  mera ilusión. La misma atrocidad que ha sucedido en Iguala -Méjico- con los estudiantes podría haber sucedido en cualquier otro país del entorno: De cada 100 delitos sólo se denuncian 20, de esos 20 sólo se investigan 4, de esos 4 procesos sólo 1 concluye finalmente en una resolución judicial -no entremos en detalles "menores" sobre las garantías procesales de los encausados, o la equidad de esa resolución judicial-. En resumidas cuentas; de cada cien delitos sólo uno finaliza con un acusado sentado en el banquillo.
 
Los índices de criminalidad -lo que aquí llamamos "seguridad ciudadana"- son tan elevados como en cualquier país del entorno. La vida vale lo que llevas en el bolsillo; si lo intentas defender estás muerto o secuestrado, de tal manera que las zonas residenciales del gran BBAA han visto crecer en su interior urbanizaciones cerradas a cal y canto que viven totalmente aisladas del peligroso mundo exterior, con sus propios colegios privados, centros comerciales etc. Exactamente igual que en Méjico DF, Lima etc.
 
En España nos quejamos de la corrupción que pudre y dinamita el sistema por dentro, pero es que en estos países, y por desgracia Argentina no es una excepción, la corrupción es el propio sistema; desde los inquilinos de la Casa Rosada que roban impunemente y saquean el país mirando hacia Suiza, hasta los funcionarios que exigen una mordida por acelerar o simplemente realizar un trámite burocrático, el policía que acepta un mechero a cambio de no ponerte una multa  y el juez que archiva oportunamente un expediente. Todas las instituciones y organismos públicos están afectas a la corrupción en un merengue hediondo del que, los que pueden, sacan partido, y los que no, sencillamente se quejan y protestan por no poder meter la cuchara en el guiso.
¿Puede salir adelante con estos mimbres un país? No ¿Y si ese país tiene unas riquezas y recursos naturales asombrosos? Tampoco. Ni aunque tuviera los yacimientos mundiales más importantes de petróleo, iridio, coltán, oro y diamantes del planeta, ese país jamás podría prosperar, porque los políticos que lo dirigen -hacia el abismo, se entiende- se han propuesto llegar al poder únicamente con el objetivo de robar todo lo que les de tiempo, evadir, defraudar, malversar... saquear al país hasta que éste quede exánime. Total, ningún juez se va a atrever a encausarles nunca -la señal que acaban de enviar en este sentido con el suicidio asistido de Nisman es clarísima-.
 
En definitiva, queridos lectores, la deriva que ha tomado Argentina en los últimos años, en especial desde que la señora K reina sin el consejo del tuerto, es catastrófica. Rumbo de colisión...Y aún así y todo debo de reconocer que la noticia del fallecimiento del fiscal Alberto Nisman me ha sumido en la perplejidad más absoluta porque, sencillamente, jamás pude imaginar que se pudieran atrever a tanto. Ingenuo que es uno.  

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